En la práctica oftalmológica actual se valora cada vez más el escuchar lo que el paciente experimenta día a día. Puede ser tan revelador como una tomografía ocular. En este contexto emergen los Patient-Reported Outcome Measures o PROMs, herramientas estandarizadas que permiten al paciente reportar directamente cómo su enfermedad visual afecta su calidad de vida.
Recientemente, un análisis publicado en Health and Quality of Life Outcomes (2024) , titulado «Heterogeneity of patient-reported outcome measures in clinical research« examinó el uso de PROMs en los estudios oftalmológicos más citados del mundo. Este aporte científico de Terheyden et al., invita a pensar sobre cómo la forma en que recopilamos y utilizamos la información de los pacientes está evolucionando, y cómo la tecnología se convierte en aliada indispensable.
El hallazgo principal ha sido identificar que aunque existen múltiples herramientas específicas para distintas patologías visuales, la mayoría de los estudios solo utilizan un PROM genérico, como el cuestionario NEI-VFQ. Esto sugiere que aún queda un amplio camino por recorrer para aprovechar plenamente la riqueza de información que los PROMs pueden ofrecer.
Tecnología y datos confiables: una alianza indispensable
El uso inteligente de PROMs, combinado con equipos de diagnóstico avanzados, permite no solo detectar alteraciones visuales de forma objetiva, sino también correlacionarlas con la experiencia subjetiva del paciente. Esto es clave en enfermedades como el ojo seco, el glaucoma o la degeneración macular relacionada con la edad, donde los síntomas pueden variar significativamente de un paciente a otro, incluso con hallazgos clínicos similares.
Imaginemos un ejemplo práctico: un oftalmólogo utiliza un dispositivo de medición no invasiva de la película lagrimal para pacientes con sospecha de ojo seco. Si a este estudio objetivo se le suma la aplicación periódica del cuestionario OSDI (Ocular Surface Disease Index), el profesional puede obtener una imagen más completa de cómo el paciente vive su enfermedad. Esta información se vuelve aún más valiosa en el seguimiento de tratamientos o en la toma de decisiones terapéuticas.
Intercambio clínico y comunidad médica
Una ventaja adicional de los PROMs es que permiten generar datos estandarizados que pueden compartirse con colegas, tanto para fines científicos como para enriquecer la toma de decisiones clínicas en equipo. La comparación entre resultados objetivos y subjetivos fomenta el diálogo entre médicos, impulsa estudios multicéntricos y mejora la comprensión de la experiencia visual de los pacientes.
Además, la creciente tendencia a incluir PROMs desarrollados de forma rigurosa y específica para cada condición sugiere una evolución positiva en la calidad de la investigación oftalmológica. Elegir el PROM adecuado ya no es una tarea menor: es parte de una medicina más empática, centrada en el paciente y apoyada por tecnología de punta.
La integración de la tecnología para la salud visual confiable y de calidad en la recopilación de PROMs no solo simplifica el proceso, sino que también nos permite analizar patrones, identificar necesidades no cubiertas y, en última instancia, ofrecer una atención más centrada en el paciente.
Y tú, doctor(a)…
¿Has integrado algún PROM en tu práctica habitual?
¿Qué tan frecuentemente contrastas los resultados clínicos con la percepción subjetiva de tus pacientes?
¿Crees que herramientas de este tipo podrían enriquecer el seguimiento postquirúrgico o el éxito terapéutico en tu consultorio?